lunes, 27 de agosto de 2012

Evaluación docente: opiniones del profesorado de EE.MM de la C.A.V.

EVALUACIÓN DOCENTE: OPINIONES DEL PROFESORADO DE EE.MM. DE LA C.A.V.

La evaluación docente es un tema controvertido, por su finalidad y el cómo llevarlo a cabo. En este texto que vamos a tratar, se presenta la opinión de una muestra de profesores de la CAV sobre temas referentes a la evaluación. Si respondemos a la pregunta de por qué los profesores deben ser evaluados, estaría vinculada a la responsabilidad de los mismos  y a la política de su rendimiento. Por desgracia, el uso de la evaluación como rendición de cuentas subraya los aspectos negativos del comportamiento docente, logrando una finalidad punitiva.
La evaluación del docente desde la finalidad formativa, se convierte en un verdadero y útil instrumento de autorrevisión, de auto-análisis y de autoevaluación.

Para la realización del muestreo, se enviaron 20 cuestionarios a unos 100 centros aproximadamente, repartidos al azar por centros públicos de educación secundaria, obteniendo la colaboración de un 35% de centros para la realización del estudio. Los datos obtenidos en dicho informe fueron los que menciono a continuación.

En las  Actividades y responsabilidades no docentes, el 23% del profesorado que ha respondido al cuestionario se encuentra ejerciendo alguna actividad además de la docencia, de los cuales casi el 90% las realiza fuera de su centro.
Un 38% del profesorado, participa en algún proyecto de innovación, lo que supone un impulso importante en los próximos años, mientras que un 14% ha publicado algún artículo o trabajo relacionado con la especialidad.

En definitiva, a través del desarrollo de la autonomía de los centros, se fomente mayor actividad de experiencias innovadoras en un clima de reflexión sobre el propio quehacer docente, mayor dialogo y participación de todo el profesorado y órganos del centro.

El tema de la necesidad de evaluación docente, está muy debatido en cuanto a que evaluar y para qué. El primer dato a resaltar son los ítems de que la evaluación debe de ir acompañada de la evaluación global del centro y del sistema educativo, y la evaluación docente fiable, válida y justa es imprescindible en cualquier sistema educativo,  en los cuales un 80% de los profesores están de acuerdo, además de la evaluación sumativa, en el que están de acuerdo un 50% de ellos.

En definitiva, este profesorado, está de acuerdo con la evaluación docente, percibiéndose como evaluación parcial dentro de una estrategia general del sistema educativo, viéndose como algo imprescindible, pero acompañando a la evolución de los factores principales que componen el centro educativo.

Las principales finalidades para la evaluación del profesorado son la formativa y la sumativa, siendo la formativa en la que existe un mayor consenso sobre su convivencia, sin dejar de lado el rendimiento de cuentas que determina el status laboral y sus principales decisiones de la finalidad sumativa. En general, los profesores son conscientes de que la evaluación aporta elementos básicos para una autocrítica docente, viendo la evaluación positivamente en sus dos vertientes.

El contenido de la evaluación docente, puede ser muy extenso, dependiendo de los aspectos integrados en el sistema de evaluación. El cuestionario, recoge la opinión docente sobre cinco grandes apartados que comprenden por lo general el contenido de la evaluación docente: conducta docente, aprendizaje-rendimiento de los alumnos/as, actividades del profesorado de investigación e innovación, cargos y funciones, perfeccionamiento y desarrollo profesional.

Los aspectos que más valorados han resultado en la encuesta a la hora de incluir en el sistema de evaluación de la conducta docente han sido ser puntual a la hora de llegar a clase y a la hora de llevar a cabo la acción tutorial a los alumnos/as del centro, asistir a clases y realizar actividades obligatorias y participar en la programación de tareas propias de la materia.

En cuanto a la evaluación docente a través del rendimiento de los alumnos, los resultados y logros escolares son el aspecto fundamental de todo comportamiento docente, pero la fiabilidad de cómo se evalúa y el desconcierto de las pruebas de selectividad crea la duda sobre su eficacia como medidas de evaluación.

Los resultados en relación con las actividades del profesor en investigación e innovación han dado fruto de participación en cuanto a la evaluación de la participación docente en investigaciones educativas, mostrando a su vez una visión negativa a evaluación de publicaciones de libros, textos o artículos.

Las responsabilidades y cargos ejercidos  por el profesorado, no parece considerarse aspectos importantes de evaluar como conductas docentes y muchos lo descatalogan como contenido de la evaluación docente, deduciendo así, que el profesorado solo considera como aspectos evaluables los que se refrieren estrictamente a la labor docente, dejando fuera actividades como la coordinación, jefaturas o pertenecer a algún órgano escolar.

Son tres las actividades que alcanzan una visión positiva para ser valoradas según los profesores en cuanto a su expediente, la participación en actividades de actualización científica, la adecuación de la licenciatura, y la participación en actividades de formación profesional relacionados con la docencia. En cuanto a los servicios con la Comunidad, la única que cabe resaltar positivamente es las relaciones con los padres.

Según la credibilidad del profesorado, las  principales fuentes de información a examinar con resultados positivos son los profesores de su departamento o seminario, de sus alumnos, del propio profesor y en mayor medida del jefe de departamento.

En el apartado de evaluación documental, los apartados de resultados positivos han sido solo dos, los materiales elaborados por el profesor y  el currículum propio son valorados positivamente para su uso evaluativo. La evaluación externa,  tiene una mejor acogida por parte del profesorado que la Inspección de Educación.

Los principales agentes de evaluación, son el profesorado y los miembros de su departamento los que, a juicio del profesorado, deben intervenir y participar de la evaluación. La participación de los estudiantes, de forma individual y el grupo de clase se ve como un posible agente de evaluación. Los padres de los alumnos/as y de las APAS, resultan inapropiados para dicha evaluación.

Las estrategias de evaluación que obtienen una valoración positiva son el autoinforme sobre el desarrollo profesional, las entrevistas con alumnos diversos, la encuesta de opinión de los alumnos y el informe del jefe de departamento.

En cambio, no se puede decir lo mismo de los informes del Consejo Escolar, el informe de Inspección, la entrevista con los padres además de la propia asociación de padres.

Los profesores consideran que la evaluación no debe de ser constante, una vez cada curso académico, ni tampoco en periodos de 5- 6 años, siendo los principales criterios a valorar y  la participación en la planificación y realización de actividades del centro.

La principal consecuencia que ha resultado desfavorable ha sido la perdida de incentivos económicos.

En último lugar, en el apartado de garantías deontológicas de la evaluación, piensan que el evaluador garantizará la confidencialidad de la información, además de que los criterios de evaluación deben ser presentados con anterioridad y que el evaluado conocerá previamente el informe y tendrá derecho a la revisión del proceso.

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